ESPÍRITU - SOCIAL
La actividad física tiene beneficios también para el bienestar social y espiritual. A nivel social, la práctica regular de ejercicio puede promover la interacción y el contacto con otras personas, lo que favorece la creación de lazos sociales y el desarrollo de relaciones de amistad. Además, la participación en actividades físicas en grupo, como deportes de equipo o clases de fitness, fomenta el trabajo en equipo, la cooperación y la solidaridad. Por otro lado, a nivel espiritual, la actividad física ayuda a la evasión de la mente sumergiéndonos en un contexto de concentración corporal, promoviendo la relajación mental y emocional. También puede proporcionar un espacio para la introspección y la conexión con uno mismo, permitiendo la exploración y el desarrollo de la espiritualidad. En resumen, la actividad física no solo mejora la salud física, sino que también aporta beneficios significativos a nivel social y espiritual.
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